Mi Hermano

Mi hermano es más chico que yo pero siempre tuvo la cualidad de parecer más grande. Su vida es la de la calle, al igual que su astucia. Su orgullo es la del hombre que lo único que tiene es su nombre (creo que es lo único que lográ fomentar en él). No sé cuando empezamos a cambiar los roles de nuestra función familiar, imagino que fue cuando comenzamos a probar al mundo, mientras yo me fabricaba mi perfecta esfera de razón tapiada con kilómetros de papel y letras, él simplemente vivia su vida. Mientras yo trataba de ganar batallas discursivas, él se cagaba a piñas con cualquiera que le cayera mal. Cuantas veces tuve que lograr que no se deje llevar por la furia, aunque había veces que ya no se podía, y tenía que acompañarlo en la repartija de golpes con quien sabe que contrincantes. Siempre le critiqué el que no dude de nada, pero hay momentos en que le envidio su ciega seguridad a lo general de batalla, a lo capitan de mar.
Mi hermano es mi otro yo, el otro lado de la moneda, la única forma que consigo pagar sus defensas al mismo tiempo que veo sus ojos llenos de admiración (esos que solo los hermanos menores tienen), es tratando de cultivar en su hija un poquito de mi. Así ella logre aprender lo mejor de su Padre y lo no tan malo de su tio. La justa medida de los dos extremos de la vida.